Aunque no podría asegurarlo, me parece que hay una persona al final de esta calle.
Esa persona tiene
en las manos algo como un trombón, pero quizás sea una escoba, o sólo un palo.
Tiene también un sombrero de copa con algunas plumas de adorno.
Está amaneciendo
y hay un resplandor rojizo que me encandila y me hace pensar que veo cosas que
no están allí. Por la calle va cruzando, de una acera a otra, un gato
gris, pequeño y ágil. Las casas lucen
lavadas, como si acabara de llover y siento la misma inquietud que cuando era
pequeña y llegaba la primavera. Todo estaba perfumado por las flores de los
paraísos, un sol brillante ponía fin a la tristeza y a las enfermedades, al
cansancio y a la muerte.
En este momento
se acaba la noche, se me cierran los párpados y tengo frío. A pesar de todo,
estoy sonriendo y saludo al hombre del trombón.
- Disculpe, ¿no llevaba usted una
corbata verde ayer?
- No sería yo.
- Sin duda lo era, lo reconozco por las
plumas en el sombrero.
- De estas palomas las hay por miles en
los techos de las iglesias.
- ¿Vive usted en la iglesia? ¿Será un
santo? ¿Puede hacer que las cosas sean diferentes?
- Las cosas ya son diferentes a cada
momento.
- Bueno.
Entonces, podemos empezar.
- Empecemos,
pues.
ALTHOUGH I'M NOT CERTAIN
Although I'm not certain, there seems to be a person standing at the end of this street.
That person holds in his hands something like a trombone, but it could be a broom, or merely a stick. He also wears a top hat adorned with several feathers.
The sun is coming up and there's a red gleam that dazzles me and makes me think I'm seeing things that aren't there. Crossing the street, from one sidewalk to another, is a small, grey, agile cat. The houses look liked they've been washed, as though it had just rained and I feel the same anxiety from when I was a child and spring would arrive. Everything was perfumed by chinaberries, a sparkling sun put an end to sadness, to all illnesses, to exhaustion and to death.
This is when the night ends, my eyelids close and I'm cold. Despite everything, I am smiling and I greet the man with the trombone.
"Excuse me, weren't you wearing a green tie yesterday?"
"That wasn't me."
"I'm sure it was, I recognize you from the feathers in your hat."
"There are thousands of these pigeons all over the church rooftops."
"Do you live in a church? Are you a saint? Can you make everything different?"
"Things are already different at each moment."
"Well, then. We can begin."
"Yes, let's begin."
Trad. Guillermo Parra
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