11.05.2014

Tuvo que echar cemento



-Tuvo que echar cemento en el piso, armar las estructuras, vidrio, madera, piedra, metales. Tuvo que ingeniarse para el trazado de los muebles que le proporcionaran cómo vivir y transcurrir en el día a día, sillas, mesas, camas, armarios.
Los utensilios y la ropa que dejarían atrás la ingrimitud y la intemperie. Crear los muebles propicios para el reposo, para el trabajo, para la contemplación. Y los recursos de la sobrevivencia, armas, botas, redes de pescar.

-Un universo nuevo, inmerso en la creación. Y a eso sumó cosas que no necesitaba para discurrir materialmente, pero que le agradaban porque con ellas tenía un mejor tránsito por la vida. Cosas del arte, música, imágenes que hacían perdurar lo que no tenía ante los ojos, porque tal vez lo había perdido en el devenir de los días. Personas, músicas, olores y sabores.

-Hizo obras trascendentes, memorables.

-Era fascinante, lleno de sentimientos, lleno de ideas y deseos de aprender más.

-No serán destruidos sus tesoros, ni los recuerdos que se mantengan en pie luego del fin. Eso estará a la vista, intocado, tanto como el viento y la lluvia lo decidan.